PUERTO PLATA. —A simple vista parece una persona normal, sencilla y humilde, que siempre tiene una sonrisa para aquellas personas que le abortan; pero este señor de no menos de 5´8 de estatura es nada más y nada menos que Luis Manuel Antonio Siricio Prince Rodríguez, pero aunque casi nadie lo conoce así, sino como Manolo Prince, una gloria del baloncesto de nuestro país.
Manolo Prince, quien este pasado fin de semana se encontraba en nuestra Provincia en calidad de organizador del 1er. Torneo de Baloncesto Luces y Sirenas, es sin lugar a dudas un revolucionario del baloncesto de nuestro país, ya que gracias a su depurada técnica y carisma con el público, atrajo a muchos fanáticos a todos los lados que fue a mostrar sus habilidades como jugador; a tal modo, que en la capital de nuestro país casi todos los niños y jóvenes querían imitarlo hasta en la forma de caminar.
Manolito, como cariñosamente es conocido, fue parte de los llamados “Doce Magníficos” que conquistaron la medalla de oro en el Centrobasket´77 también fue el dinamo de los campeonatos alcanzados por el San Lázaro desde 1968 al 1973 y de Jobo Bonito desde 1974 al 1976. Milito con la Selección Nacional desde 1969 al 1978, año en que se retiro para irse a estudiar al Inglaterra; este gran armador, se retiro bastante joven – con 28 años apenas – es también amante del yoga y es un excelente chef de la cocina vegetariana.