Los Angeles.- El fulgurante ascenso de la superestrella de la NBA LeBron James y las proezas del equipo de básquetbol que integraba en la secundaria son relatados en el documental “More than a game”, que se estrena hoy viernes en Norteamérica.La película relata cómo James y sus compañeros -Dru Joyce III, Willie McGee, Sian Cotton y Romeo Travis- causaron sensación en el equipo de básquetbol de su escuela en la década de 1990, bajo la dirección del entrenador Dru Joyce II.
“Es una historia sobre estos chicos que tenían un sueño y harían cualquier cosa para convertirlo en realidad”, dijo James a la AFP. “Y estos chicos tenían una figura de un entrenador y mentor y padre que les dio todo lo que pudo para hacer que eso ocurriera. Es una gran historia estadounidense”, añadió.
Estrella de los Cleveland Cavaliers, James, actualmente de 24 años y considerado uno de los mejores jugadores de su generación, se acostumbró desde pequeño a los reflectores. Sin embargo, “More than a game” le da la misma atención al resto de las personas que hacen que la historia del equipo de la escuela St Vincent-St Mary, en Ohio (norte), sea tan cautivante.
La hermandad de los jugadores se ve reflejada en la decisión de James, McGee y Cotton de inscribirse en St Vincent-St Mary en vez de una escuela para negros porque sentían que Dru Joyce III, de baja estatura para el básquetbol, tendría mejores posibilidades de integrar el equipo de la escuela. El director Kristopher Belman, estudiante de cine, logró un acceso sin precedentes al equipo y relata la vida de cada uno de los jugadores.
James afirma que las amistades forjadas en la infancia están en el corazón del éxito del equipo.
“Era simplemente la lealtad que nos teníamos”, indicó. “Habíamos sido mejores amigos desde que teníamos 9 o 10 años”.
“No es como si te pusieran en un equipo de la secundaria y tienes que conocer a los demás. Éramos como hermanos antes incluso de ir a la secundaria”, agregó el campeón olímpico de Pekín-2008.
Y esa amistad fuera de las canchas se ve reflejada en una comunicación casi telepática durante el juego. “Nos conocíamos a fondo, en la cancha de básquetbol y fuera de ella”, relató James. “Sabíamos exactamente lo que cada uno de nosotros estaba pasando. Y eso facilitaba las cosas cuando estábamos en la cancha de básquetbol”.