miércoles, 25 de febrero de 2009
LOS ROCKETS JUEGAN MEJOR SIN MCGRADY & LOS RESULTADOS ESTÁN A LA VISTA
Houston -- Hace un año el jueves, Houston anunció que Yao Ming se perdería el resto de la temporada a causa de una fractura de estrés en el pie izquierdo. La lesión de Yao fue un fuerte golpe para una escuadra de Rockets que había acabado de hilar 10 triunfos. El equipo, que había arrancado la temporada con una marca de 14-17, finalmente se había forjado alrededor de la ofensiva del entrenador Rick Adelman y su asfixiante defensa estaba más sólida que nunca.
Lo que siguió fueron una serie de victorias inesperadas, otra docena, hasta sumar un total de 22 triunfos consecutivos -- la segunda mejor marca en la historia de la NBA. Dikembe Mutombo asumió la posición de Yao en la alineación titular, y los grandotes Chuck Hayes y Carl Landry tomaron la rotación de la línea frontal. Los Rockets se adaptaron a la vida sin Yao siguiendo el esquema ofensivo de Adelman al pie de la letra. Sin Yao como el punto central de la ofensiva a mitad de cancha, los Rockets ejecutaron un sistema de lectura-y-reacción más variado.
Cerraron la temporada con una marca de 19-7 sin Yao, capturando la ventaja de local en la primera ronda de los playoffs antes de caer ante Utah en seis juegos decepcionantes.
Los Rockets se enfrentan a un desafío similar esta temporada. El miércoles pasado, Tracy McGrady anunció en su sitio Web que no jugará el resto de la temporada para someterse a una cirugía de micro-fractura en la rodilla izquierda. Para la mayoría de los equipos, perder un jugador del calibre de McGrady sería una catástrofe, pero los Rockets, como lo demostraron la temporada pasada, tienen una capacidad extraordinaria para ajustarse a los cambios.
De la misma manera que Houston superó la lesión de Yao en el 2007-08, estos Rockets definitivamente son mejores sin McGrady. El equipo tiene una marca de 20-15 con McGrady en la alineación, y un registro de 16-6 sin él -- incluyendo cinco victorias consecutivas desde que McGrady jugó su último partido.
Como si la lesión de McGrady no fuera un cambio monumental en el roster de los Rockets, el equipo envió al armador titular Rafer Alston a Orlando en la fecha límite de cambios. Para algunos, el movimiento fue una señal de que los Rockets se estaban despidiendo de la temporada -- pero no han manifestado efectos adversos por la transacción.
Aaron Brooks ha pasado a la alineación titular, con Kyle Lowry, quien vino de Memphis en el acuerdo, como su reserva.
Los Rockets encararon un importante desafío el martes por la noche, cuando recibieron a los Portland Trail Blazers en el Toyota Center. Portland llegó al encuentro apenas medio juego arriba de Houston en el cuarto lugar del Oeste. Tras un inicio flojo, los Rockets nunca estuvieron abajo después del primer cuarto, y resistieron hasta derrotar a los Blazers 98-94 gracias al ingenio y la versatilidad de su defensa.
Shane Battier y Ron Artest mantuvieron a Brandon Roy a raya, y Luis Scola estaba listo para ayudar cuando lo necesitaban.
Houston jugó su mejor básquetbol hacia el final del primer cuarto y principios del segundo, cuando Yao se fue al banco con su segunda falta. Houston coronó una seguidilla de 20-2 con un par de bonitas canastas en transición.
La primera llegó cuando Artest bajó el rebote del tiro fallido de Rudy Fernández, corrió toda la cancha y encontró a Scola con un pase perfecto por debajo para una bandeja fácil.
Segundos después, los Rockets salieron corriendo en un nuevo contraataque, cortesía de un fuerte rebote y pase de Scola al veloz de Brooks, quien cruzó la cancha con un pase a Wafer en la esquina derecha. Otro doble fácil.
¿Qué es lo que les permite a los Rockets elevar su juego sin McGrady? ¿Pueden su juego y su salud haber decaído tanto que la colección de legos de Houston es tanto más eficiente sin él en la cancha?
Varias estadísticas avanzadas sugieren que los Rockets son entre un equipo apenas mejor y un conjunto ofensivo mucho más eficiente sin McGrady. Un rápido vistazo a las estadísticas más convencionales lo hace aún más evidente. Limitado por su lesión, McGrady tuvo la peor marca de su carrera en porcentaje de goles de campo (38.8 por ciento), y sus peores registros de puntos por partido (25.6) y rebotes por partido (4.4) en nueve años.
Aunque Yao sin duda tendrá su cuota de acción en el poste bajo, la ofensiva de Adelman está orientada al movimiento. A Adelman le gusta que sus jugadores reaccionen a las defensas ocupando los espacios abiertos y buscando intercepciones. Ya sea porque McGrady prefería trabajar en aislación o simplemente porque no estaba acertando sus tiros, el porcentaje de tiros de los Rockets es casi dos puntos más alto, y su promedio de anotaciones subió cinco puntos en su ausencia.
Durante varios años, Houston inició sus campañas con una alineación que se veía perfecta en papel, abriendo con McGrady y Yao. Pero el potencial no produce fortunas, una espina que McGrady tiene clavada en el cuello.
Aunque todavía mantienen el cuarto sembrado del Oeste, es muy posible que Houston no llegue a la segunda ronda de la postemporada por 12° campaña consecutiva. Si así sucede, esta vez McGrady no tendrá que cargar con el peso de la decepción -- pero si lo logran, un roster no tan perfecto y siempre cambiante podrá regocijarse.