Bruno Altieri, ESPNdeportes.com.- Todo lo que tenía que pasar para Boston, pasó en el último cuarto de partido. Todo lo que tuvo que ser, además, se dio con Paul Pierce, Kevin Garnett y Rajon Rondo mirando desde el banco de suplentes.
Extraño para algunos, lógico para otros. En definitiva, este es el libreto que sigue Boston cuando gana partidos: si las vías convencionales están cerradas, se buscan puertas desconocidas y, si permanecen cerradas, se rompen las paredes a puro sacrificio e intensidad.
No importan los apellidos ilustres ni tampoco las planillas. Todo pasa por el juego de conjunto, por evitar caer en arremetidas individuales y por defender duro, al límite, lanzándose de cabeza al parquet en cada pelota dividida como si se fuera a buscar algún tesoro escondido en el fondo del mar. Leer más
Extraño para algunos, lógico para otros. En definitiva, este es el libreto que sigue Boston cuando gana partidos: si las vías convencionales están cerradas, se buscan puertas desconocidas y, si permanecen cerradas, se rompen las paredes a puro sacrificio e intensidad.
No importan los apellidos ilustres ni tampoco las planillas. Todo pasa por el juego de conjunto, por evitar caer en arremetidas individuales y por defender duro, al límite, lanzándose de cabeza al parquet en cada pelota dividida como si se fuera a buscar algún tesoro escondido en el fondo del mar. Leer más