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sábado, 27 de octubre de 2012

LA ENVIDIA DE CARMELO ECHO A JEREMY LIN



USA.- Si lees el artículo de Tim Keown sobre Carmelo Anthony en el último número de la ESPN Magazine (si sabes inglés deberías leértelo, es sensacional) parece claro que Carmelo tuvo mucho que ver en la salida de Jeremy Lin de Nueva York.

Keown relata la historia de un jugador que quería ser la única estrella en Nueva York, y 
que no le hizo ninguna gracia cuando Linsanity deslumbró al mundo. Keown señala que cuando Anthony regresó a las canchas después de su lesión y el fenómeno Linsanity estaba en pleno apogeo, Carmelo se negó a jugar con el nuevo diseño ofensivo de 
D'Antoni, que ahora lideraba Jeremy Lin.

Anthony quería que todas las jugadas del ataque pasaran por él, cosa que ya no sucedía. Su deseo de volver al Carmelo-sistema se había acabado con la aparición de Lin, y su anhelo por jugadas aisladas acabó por aislándole a él; el resto del equipo no tenía ningún problema con que Lin fuese el nuevo foco de atención.Fue entonces cuando Carmelo empezó a esforzarse menos en los entrenamientos, ganó peso, y los problemas dentro y fuera de la cancha aumentaron la tensión en un equipo que ya estaba siendo muy cuestionado por la afición y por la prensa. El mal ambiente dentro del equipo terminó de hacerse público con el famoso tiempo muerto pedido por D'Antoni en el cual Carmelo se queda en la cancha y no se une al resto del equipo en el banquillo. La consiguiente derrota frente a los Bulls dispara todas las críticas en los medios de comunicación, que califican la actitud de Carmelo como una jugada suya para echar a D'Antoni. Keown cuenta: 

"Entre bambalinas, una fuente muy cercana al equipo dice que William "Worldwide Wes" Wesley, un consultor de la agencia que representa a Carmelo Anthony, informó a Dolan (dueño de los Knicks) que Carmelo no estaba para nada contento con el rumbo del equipo a las ordenes de D'Antoni. No es nada nuevo; fueron acciones como esta las que ayudaron a Anthony a salir de Denver y a Paul de Nueva Orleans. Pero cuando hablamos de asuntos relacionados con Carmelo, esta fuente describe a Dolan como un ser fácilmente influenciable por el misterioso y poderoso Worldwide Wes".
"Lin está recibiendo lo que le habían prometido a Carmelo," dice una fuente cercana al equipo. "Y Carmelo creía que D'Antoni iba a favorecer a Jeremy, así que había que sacarle de allí. A Carmelo le viene perfecto. No había casi nada o nada de su ADN en esto."
Aunque resulte irónico, a Carmelo sí le fue bien con el sistema de D'Antoni en los JJOO, 
pero una de las grandes razones es porque el faro del equipo no era Lin como cuenta Keown:

"[Anthony] no es un macho alfa. Él cree serlo, pero no lo es," dice una fuente cercana a los Knicks. "Él necesita estar al lado de alguien respetado, alguien  que le diga que tiene que hacer. Él no podía ver a Jeremy Lin de esa manera. Carmelo sí veía de esa forma a Kobe o a LeBron durante los Juegos Olímpicos, pero no a Jeremy Lin. El problema de Carmelo es de percepción."
"D'Antoni era uno de los entrenadores en el equipo olímpico. ¿Su papel? Diseñar el ataque. Pensad en eso durante un segundo: el ataque del Team USA, en el que Carmelo batió el record histórico de USA Basketball con 37 puntos en un partido, era precisamente un ataque liderado por un base, el mismo esquema que D'Antoni implementó en Nueva York, y el mismo esquema contra el que Carmelo se rebeló."
Ahora bien, si Carmelo echó, o ayudó a echar a Lin de los Knicks, la forma de hacerlo fue bastante más sutil que con D'Antoni. Sí, obviamente atascó el estilo ofensivo que implementó D'Antoni en Nueva York de tal forma que Lin perdió gran parte de su eficacia. Y sí, tampoco es una exageración afirmar que Carmelo y su ego lo pasaron mal durante las semanas en las que solo se hablaba de Linsanity en la prensa.
Pero los Knicks tuvieron la opción de renovar a Lin este verano y decidieron no hacerlo. Los dirigentes de los Knicks le podrían haber dicho a Carmelo que tenía que aprender a coexistir con Lin. También le podrían haber recordado a Anthony que es un jugador sobrevalorado y que se debería de aclimatar al esquema ofensivo diseñado para el equipo, y no al revés.
Quizás no le podrían haber dicho esa última frase, pero probablemente fue el precio de retener a Lin lo que determinó su salida de Nueva York. No porque los Knicks no se lo puedan permitir económicamente, sino porque no se podían permitir los dolores de cabeza y las pataletas que podrían emanar de ciertos miembros de ese vestuario si le hubiesen renovado. Los Knicks no iban a igualar el ofertón de Houston sabiendo los problemas que Anthony podía causar.
De todas formas ha quedado claro que Lin era la segunda ficha de este efecto domino. Para que Carmelo pudiera decidir las jugadas en ataque, y de esa forma recuperar su trono en Nueva York, D'Antoni tenía que irse. Si Lin también se tenía que ir, pues que se fuera. De todas formas, con la llegada de Mike Woodson ya daba un poco igual lo que pasara con Lin, el Carmelo-sistema había regresado. Carmelo tenía problemas con Linsanity, no con Lin. En cuanto fulminó a Linsanity, ¿qué más daba si Lin se quedaba o no?
Keown habla de muchas fuentes a las cuales no cita, lo cual me incita a preguntar: ¿Quién está sacando todo esto en contra de Carmelo? ¿Hay gente en el club que piensa que los Knicks estarían mejor con D'Antoni y con Lin? Y la que quizás sea más importante, ¿Hay resentimiento en Nueva York en contra de Carmelo?
Como diría aquel, preguntas sin respuesta Daimiel.