Rick Reilly, ESPN.com.- Así que ahora Kobe Bryant llega al Tercer Acto, la escena clave, John McClane vs. Hans Gruber, el perdedor muere duro.
No basta que Bryant haya incendiado canastas en estos playoffs. No basta que haya acertado tiros desde huecos de ascensores, edificios en llamas y turbulentos helicópteros. No basta que su último cuarto del Juego 6 de las Finales de la Conferencia Oeste fuera el Thriller de su carrera, con los movimientos más fantásticos que haya visto en mi vida, Michael Jordan y Michael Jackson inclusive.
Ha llegado a una instancia de vida o muerte, el momento de su vida, su oportunidad para entrar en el Louvre, cantar en Carnegie, minar el diamante Hope. No es nada más ni nada menos que una final Celtics-Lakers. Él ya estuvo aquí antes, una vez, hace dos años, y terminó más chato que una cerveza abandonada. A los Lakers les bajaron los pantalones delante de toda la escuela. Así que no sólo hay un título en juego, sino también su legado. Éste es el gran momento de Kobe, su respuesta final, su Rubicón. Leer más
No basta que Bryant haya incendiado canastas en estos playoffs. No basta que haya acertado tiros desde huecos de ascensores, edificios en llamas y turbulentos helicópteros. No basta que su último cuarto del Juego 6 de las Finales de la Conferencia Oeste fuera el Thriller de su carrera, con los movimientos más fantásticos que haya visto en mi vida, Michael Jordan y Michael Jackson inclusive.
Ha llegado a una instancia de vida o muerte, el momento de su vida, su oportunidad para entrar en el Louvre, cantar en Carnegie, minar el diamante Hope. No es nada más ni nada menos que una final Celtics-Lakers. Él ya estuvo aquí antes, una vez, hace dos años, y terminó más chato que una cerveza abandonada. A los Lakers les bajaron los pantalones delante de toda la escuela. Así que no sólo hay un título en juego, sino también su legado. Éste es el gran momento de Kobe, su respuesta final, su Rubicón. Leer más