LA DISCIPLINA EN LOS DEPORTES
Desde el mismo inicio de lo que hoy llamamos deporte, se han suscitado casos en los cuales por una causa u otra, los participantes de alguna actividad deportiva, ha realizado actos de indisciplina, lo cual va en contra de la disciplina deportiva y social.
Un servidor, puede dar testimonio de eso, pues como atleta primeramente y, luego como dirigente, ha tenido momentos de indisciplina, algunas veces por causas de un mal arbitraje, un mal día o quizás por verme incapaz de aceptar una derrota por mala dirigencia de mi parte, pero con el paso del tiempo me he dado cuenta que solo contribuí con hacer ver mal el deporte que amo y me apasiona como lo es el baloncesto.
Pero a través de las variadas disciplinas deportivas se han visto serias actitudes antí deportivas en atletas que, para muchos jóvenes, niños y hasta personas mayores, son reales héroes deportivos; pero dichas actitudes solo reflejan que dichos atletas no llevan en realidad un mensaje de amor, paz y correcto comportamiento dentro y fuera del área de juego; lo cual, no debe ser el mensaje de un atleta.
TALENTO DE SOBRA
En el poco tiempo que tengo como dirigente deportivo, he ido adquiriendo el ámbito de ser muy observador en lo referente a los atletas que practican el baloncesto; a tal punto, que me atrevo a decir que, en el área de la parte baja (desde las Flores, Conani, Barrio Nuevo, Los callejones, La Viara, La Playita, Barrio Haití, Etc.) están saliendo a flote una serie de talentos natos, con unas condiciones físicas y habilidades que hace 10 o 8 años cualquier jugador de la época hubiera deseado.
Pero, muchos de esos talentos andan en malos pasos, no tienen un guía que les ayude a desarrollar y pulir sus dones que la naturaleza les ha dado. Nosotros, los pocos dirigentes deportivos que aun nos interesan los jóvenes de nuestro sector, debemos comenzar a trabajar en pos de rescatar todo ese talento que anda por la calle sin una luz que los guíe y que la final, terminan en las drogas y en la delincuencia que azota hoy en día a nuestra sociedad puertoplateña.