NO CREE.- Anthony aseguró que no cree que los Nuggets lo vayan a transferir a un equipo donde no quiera jugar. |
ESPN.com.- Carmelo Anthony dejó en claro el domingo que le interesa firmar una extensión de su contrato, la misma que hasta ahora se ha negado a concretar con su equipo actual, los Denver Nuggets, aunque ha declinado mencionar con qué equipo quiere jugar.
Además, Anthony aseguró que no cree que los Nuggets lo vayan a transferir a un equipo donde no quiera jugar.
Tras la derrota por 129-125 ante los Knicks, el equipo en el que se dice que Anthony quiere jugar, le preguntaron cuán importante era para él conseguir esa extensión antes de que el contrato colectivo de trabajo venza a mediados del año próximo y que la NBA intente arrancarles a los jugadores importantes recortes salariales.
"Cualquiera sea la decisión que tome, eso (la extensión) será lo primero que haga", respondió.
ESPN.com informó la noche del domingo que Anthony sólo aceptaría una extensión a largo plazo si era parte de una transferencia a los Knicks.
Antes de esta temporada, los Nuggets le ofrecieron a su astro una extensión de unos 65 millones de dólares y tres años, pero él dijo que no quería comprometerse todavía. El año que viene, Anthony puede ser agente libre, pero Denver probablemente intente transferirlo antes de que eso suceda, para no verlo partir gratis.
Denver estuvo a punto de arreglar una transferencia de jugadores entre cuatro equipos para mandar a Anthony a los Nueva Jersey Nets, pero el trato no se realizó.
Anthony tiene el derecho de decirle a otros equipos que no está interesado en firmar una extensión con ellos, lo que anularía las posibilidades de una transferencia contra su voluntad. De todos modos, el jugador no cree que Denver lo traspase a un destino que él no quiera.
"No creo que eso suceda", dijo.
Desde hace meses hay versiones de que Anthony quiere jugar en Nueva York, donde nació, vivió sus primeros ocho años y se casó este año. Pero el sábado dijo que aún no se había decidido.
El domingo, anotó 31 puntos tras recibir una fuerte ovación de los fanáticos neoyorquinos.