EL 2do. CUADRANGULAR DE BALONCESTO LA RESTAURACION 2013, EL CUAL ESTUBO DEDICADO AL LIC. MOISES RODRIGUEZ, CON EL GRAN PODER DE DIOS POR DELANTE FUE UN EXITO. GRACIAS A LOS CLUBES PARTICIPANTES Y ESPERAMOS QUE EL PROXIMO AÑO SE UNAN MAS CLUBES Y LIGAS HERMANAS

sábado, 13 de noviembre de 2010

TIM JAMES SE PREPARA PARA MISIONES EN IRAK

ENTRENAMIENTO.- Tim James: "Me preparo para todas las fases de combate. Es un entrenamiento a completa escala".
ESPN.- El ex alero de la NBA Tim James pasa sus días entrenando para misiones de combate como parte de la Primera División de Caballería de la Armada de Estados Unidos en Fort Hood, Texas. Dispara M16s y practicando moviéndose a pie en terrenos potencialmente hostiles. En esencia, James está recibiendo una educación sobre cómo evitar morirse si su unidad sale para Afganistan en un futuro cercano, un escenario que es muy probable.

James creció en un vecindario difícil en Liberty City, al noroeste de Miami. Era la estrella de básquetbol local, tanto en la preparatoria como en la universidad, un jugador reconocido por su tenacidad. Pero después de tres años en la NBA, su carrera llegó al final, al enlistarse en la armada cuando se desató la guerra. Fue asignado a una división en Irak llamada ODIN un acrónimo en inglés de "Observar, Detectar, Identificar y Neutralizar". "Basicamente salimos al campo y atrapamos gente mala", dijo James sobre el rol de su unidad en Tikrit. Es justo clasificar a James como un hombre duro, un individuo extremadamente corajudo que ha enfrentado el riesgo en muchos aspectos de su vida. Pero cuando llegó a la Universidad de Miami como novato, era tímido en un área notable. "El entrenador [Leonard] Hamilton debió enseñarle cómo invitar a una chica a salir", dijo Stan Jones, el entrenador asistente de James cuando estuvo en la Universidad de Miami (actualmente asistente de Florida State) y viejo amigo. "Tim había atraído la atención de una muchacha, pero no sabía cómo manejarlo. Entonces el entrenador Hamilton lo llevó a la oficina y le dijo, 'No puedes dejar que esto te vuelva loco. Así debes actuar'". James eventualmente encontró la forma de cortejar a las señoritas y pudo volver a rendir en las canchas. En la temporada 1998-99, su última temporada colegial, fue elegido el mejor jugador de la conferencia Big Este junto a Richard Hamilton. Desde ese momento, James fue elegido 25° en el draft de 1999 por el equipo de su ciudad, Miami Heat, y sumó 43 partidos en tres temporadas en la NBA, antes de jugar en Asia y Europa. Una vez que se dio cuenta que su carrera en el básquetbol estaba llegando a su fin, empezó a buscar un nuevo desafío. No era una opción relajarse entre una carrera y otra. "Quería experimentar una nueva parte de mi vida", dijo James. "Y quería hacer un sacrificio". En septiembre de 2008, James hizo un compromiso de cinco años con la Armada de Estados Unidos.  

Olvidando y recordando El 2 de noviembre nueve días antes del Día del Veterano- los americanos fueron a las urnas para votar en las elecciones de medio término. Según CNN, sólo el 8 por ciento de los votantes consideraron que los esfuerzos militares fuera de Estados Unidos era el asunto más importante para el país. Aunque James y cientos de miles como él se preparan para luchar, lo que alguna vez fue materia de intenso e importante debate nacional ha quedado en un segundo plano en la conciencia colectiva. 
 
Estar listo es el asunto más importante en la mente de James mientras se prepara cada mañana en un campo de entrenamiento en Texas. James dijo que el año que pasó en Irak, aunque le abrió los ojos y no estuvo libre de estrés, no tuvo mayores inconvenientes. "Ir sin saber qué esperar, meterme en una nueva carrera. Realmente no sabía qué esperar", dijo James. "Los 12 meses pasaron relativamente tranquilos más allá de escuchar muchos ruidos fuertes". En julio, James regresó al país a la base de Fort Hood, donde miembros de su unidad ODIN se dispersaron. James fue asignado a la Primera División de la Caballería, la división más largada en la Armada de EE.UU. El mandato es más desgastante que cualquier cosa que James haya encontrado en su primer paso por Irak. "Esto es un giro de 360° con respecto a mi anterior unidad", dijo James. "Me estoy preparando para todas las fases del combate. Este es un entrenamiento para una operación de escala completa". Tradicionalmente, la Primera División de la Caballería es un regimiento que va en primera línea de combate. Aunque James no tiene todavía órdenes para partir, hay razonables expectativas de que se encontrará en Afganistan en breve, y esa es la misión para la que se está preparando. La campaña militar puede que haya quedado en el recuerdo en la conciencia colectiva por la malaria económica, pero los riesgos siguen en pie para James y todos aquellos que lo quieren. Global y Local "Todos en Miami saben quién fue Tim", dijo el alero del Heat y hombre del Sur de la Florida, Udonis Haslem. "Si creciste aquí, Tim fue alguien a quien seguiste". Otro jugador actual del Heat, James Jones, también siguió a James tanto literal como figurativamente. Como un niño de preparatoria que creció en Miami, Jones iba con sus amigos a ver jugar a James en torneos de vacaciones y partidos importantes. "Fue un gran representante del básquetbol de Miami", dijo Jones. "Pudo maniobrar las dificultades y hacer algo que ningún muchacho de su comunidad había logrado; como convertirse en un All-American, establecer récords en la Universidad de Miami y jugar para el Miami Heat". El año después que James se graduara de la Universidad de Miami y entrara en la NBA, Jones se convirtió en un Cane. Aunque nunca jugaron juntos en Coral Gables, los dos se hicieron buenos amigos, una amistad que continuó más allá de la carrera de James. "Fue como un mentor, una relación de hermano mayor, porque él hizo todo lo que yo estaba intentando hacer", dijo Jones. Por la forma en que Jones habla de James, uno nunca imaginaría que fue James quien tuvo una corta carrera en la NBA y Jones quien se estableció en una rotación firmemente. Aunque Jones tiene recuerdos de las jugadas que veía cuando era un muchacho de 14 años, su admiración va mucho más allá del básquetbol. Ni siquiera se trata de que James esté en el servicio militar, aunque es algo que Jone admira. Se trata del temperamento y la fortaleza que llevó a James a hacer lo que está haciendo, incluso aunque tenía todas las razones del mundo para no hacerlo. "Hay una voluntad interna que cierta gente tiene. Yo no podría hacerlo", dijo Jones. "No es que sea incapaz físicamente o un cobarde. Pero hay algo adentro de otras personas que simplemente los empuja a eso. Tim tiene eso. Yo no podría. Eso es lo que lo hace especial". Intuición y Contra intuición Para muchos muchachos que vienen de vecindarios difíciles, el deporte es una salida. El deporte ofrece el pase a una mejor vida, una forma de evitar la violencia y los casi inevitables peligros que existen en un gran número de lugares. El básquetbol fue eso para James. Le dio a él, a su madre y sus hermanos más chicos, mejores vidas. Sin embargo, James se ha vuelto a colocar voluntariamente en un panorama árduo. Si termina en Afganistán, no es seguro que esté, justamente, seguro, más allá de cuán cuidadoso sea. ¿Por qué trabajar tan duro y llegar tan lejos para volver a someterse a lo mismo?
Tim James
"Las circunstancias son dramáticamente distintas", dijo James. "Si vas a perder tu vida, quieres perderla con un propósito. Sacrificarte por tu país excede cualquier noción de morir por nada en las calles de un barrio. Lo que estoy haciendo tiene un significado tremendo". James rechaza agresivamente las consecuencias de haber sido un atleta profesional. Cuando llegó al entrenamiento en 2008, no le dijo a nadie que había jugado en la NBA. "La cultura militar es diferente", dijo James. "Esto se trataba de pasar de una faceta de mi vida a otra. Fui expuesto a los mismos ejercicios, el mismo entrenamiento, los mismos estándares que el resto de las personas que tenía al lado". No fue hasta que participó de un partido junto con un grupo de sargentos en Irak que su identidad quedó expuesta. "Creo que algunos se sorprendieron", dijo James. "Muchos sólo pensaban que era un muchacho alto caminando por ahí. Y luego me puse a jugar. Hay algo de machismo en esto, y a los muchachos les gusta demostrar lo que saben". Trazar metáforas entre deporte y combate es virtualmente inevitable. Los bases armadores atacan. Los perimetrales son francotiradores letales. Los hombres grandes batallan bajo los tableros. Pero para alguien que mira a su amigo desde tan lejos, James Jones no puede divisar ese paralelo. Entiende completamente por qué tan pocos atletas, más allá de sus talentos físicos, consideran el servicio militar. Y no se trata sólo del dinero, el confort y la libertad que deben sacrificar. "Pueden hacer una encuesta en la NBA o en el deporte profesional en general, y la mayoría te dirá que lo que hacemos es sólo un juego", dijo Jones. "Lo que hacen los militares es la vida real. Por más que nos golpeemos el pecho, seguimos estando dentro de un rectángulo con reglas y árbitros. Es un ambiente muy controlado. Donde Tim va, es el caos total". Confianza y temor En todo aspecto, James es un hombre humilde quien, más allá de haber superado muchos desafíos de la vida, prefiere mantener en silencio su espíritu competitivo. Cuando llegó por primera vez a la Universidad de Miami, era más una estrella de pista que un talento en la cancha y necesitó refinarse mucho. "Inicialmente, empezamos a desafiarlo con trabajos de coordinación y técnica, y lo sobrecargamos", dijo Stan Jones. "Pero su carácter le permitió convertirse en uno de los competidores más silenciosos pero feroces- que he dirigido en cualquier nivel. Nunca fue alguien demasiado expresivo en el vestidor, pero si empezabas a hablar sobre duelos y rivales, veías la concentración en sus ojos". James Jones pudo ver eso la primera vez que salió a la cancha para un juego de prácticas. Ese fue el verano que James fue seleccionado por el Heat y Jones se estaba matriculando en la U. El juego fue una especie de quien es quien en Miami, e incluyó a pros de la talla de Glen Rice. James y Jones fueron emparejados. "Llegué y tomé unos tiros", dijo Jones. "Pero después de mis primeros dos o tres triples, no pude volver a tirar. Aceleró un cambio. Nunca dijo una palabra, sólo hizo lo que tenía que hacer". James se puso una cantidad única de desafíos cuando entró al ejército. Entre las cosas que más le costaron, era dejar los cuidados de su hijo, quien tiene ahora 6, con su madre, que vive en Carolina del Sur. Inicialmente, la parte más complicada de dejar a Tim Jr, era la sensación de ansiedad. Pero a medida que Tim Jr. fue creciendo, su padre tuvo que adaptarse a una nueva variable. "Poco después que me enviaran a Irak, comenzó a entender que su padre estaba en peligro", dijo James. "Recuerdo ir a su escuela antes de partir. Estaba en uniforme. Y pude darme cuenta que estaba empezando a entender cuánto eran dos más dos. Después que me fui, mi madre me contó que preguntó, '¿Papá está con los tanques y disparando?'. Ella me dijo que se le llenaron los ojos de lágrimas. Él sabía que estaba en un ambiente hostil. Tenía que asegurarle que Papá iba a volver a casa". James sabe que hay una bien intencionada deshonestidad en este tipo de confort parental. Es una forma que tiene más que ver con la fe que con la certeza de que realmente volvería de Irak. Y si termina combatiendo en Afganistán, esas chances son aun menos favorables. El proceso de instalar esperanza en su hijo no se está volviendo más sencillo para ninguno de ellos. "Es duro para ambos pero probablemente más para mí", dijo James. "Puede que no entienda todo, pero para mí, entiendo todas las ramificaciones". Una de las ramificaciones en la que James ha estado pensando últimamente es la posibilidad de que el combate lo cambio de forma terminante. Confrontar la situación, sabiendo que podrías contribuir como asesino o viendo morir a tus compañeros, puede generar un cambio radical en los seres humanos. "Uno quiere pensar que no lo cambiará, pero también sabe que la guerra puede tener un efecto, sea físico o mental", dijo James. "Creo que es una de mis preocupaciones. Nunca sabes qué vas a ver, qué vas a tener que hacer y cómo te afectará". Rápido y lento Hasta entonces, James continuará esforzándose en su entrenamiento en Fort Hood, y lo está disfrutando mucho. Incluso con todas las complicaciones, la distancia con sus seres queridos y los potenciales peligros, ve al ejército como el único lugar donde un individuo puede servir y obtener una educación especial. El crecimiento que va asociado con el proceso y las personas impartiendo las lecciones lo hacen crecer a través del compromiso. "Hay tanto que aprender de esa gente que ha estado cuatro o cinco veces en Afganistán e Irak", dijo James. "Hay tanta gente que viene de ambientes tan distintos. Parece que estos dos años han pasado tan rápido, honestamente. Pero me lo estoy tomando muy lentamente". Esa combinación de rápido y lento le funciona a James. Le da tiempo para absorber pero también lo desafía a emprender rápidamente lo que necesita saber de inmediato. La maduración de sus cualidades como líder, lo han llevando a guardarse su capacidad en el polígono de tiro. Últimamente, la posibilidad de servir como un oficial de carrera luce cada vez más atractiva. Confía que, si lo mandan, su sacrificio se traducirá en éxito. Pero también sabe que toda la preparación y devoción del mundo no garantizan nada. "Realmente creo que cada soldado es un profesional", dijo James. "Recibimos el mejor entrenamiento en el mundo. Pero en el costado humano, todos tienen un poco de miedo. No creo que eso afecte la misión. Vamos con la confianza de que vamos a completarla. ¿Existe el elemento miedo? Si. Un poco de miedo de no volver hay. Puede que no veas más a tu familia, y que ellos no te vean más. Creo que eso está en el fondo de la cabeza de todos los que vestimos uniforme".