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lunes, 1 de junio de 2009

JAMES & BRYANT VIVEN ACTUALMENTE EN LA SOMBRA DEL LEGENDARIO NÚMERO 23

CHICAGO--La próxima vez que veas uno de esos innovadores comerciales con los títeres de Kobe-LeBron, disfrútalo, porque quizá sea la única vez en la que verás enfrentarse a las dos estrellas más importantes de este deporte.

Con los Cavaliers de LeBron a punto de comenzar las vacaciones de verano y los Lakers de Kobe en medio de una serie muy peleada con los Denver Nuggets, ¿Quién sabe si podremos ver a los verdaderos personajes jugando cara a cara con la misma pasión que lo hacen las marionetas?

No puedes culpar a Nike por pensar en el potencial enfrentamiento de ensueño, y el concepto de compañeros de habitación fue un toque interesante. También estuvo bien con respecto al dinero. Hablando en sentido figurado.

LeBron y Kobe son compañeros de equipo, viviendo bajo el mismo techo que construyó Michael Jordan. Digamos que es una casa móvil -- una que, por supuesto, es extremadamente lujosa -- porque a cada lugar que van, el techo construido por Michael los acompaña.

Todo lo que hacen dentro de la cancha es comparado con lo que logró Jordan. Obviamente, es un gran elogio a sus geniales habilidades, pero también un parámetro casi imposible de alcanzar que por lo general se interpone y nubla las opiniones de sus críticos.

Hace unas semanas le dije a LeBron que siempre lo comparan con Jordan. Su respuesta fue sensata, y creo que eso es lo que le permite conservar la cordura. "Amigo, nunca habrá otro Michael Jordan", dijo. "Te volverías loco si intentaras convertirte en el próximo Michael Jordan".

No digo que esté mal comparar a estos jugadores con Jordan. En todos los deportes, comparamos a los mejores de hoy con los mejores de ayer, de modo que es algo natural.

Lo que quiero decir es que Jordan cambió los parámetros con los que se evalúa a una súper estrella de la NBA, y eso por lo general puede hacer que se menosprecien los logros de las estrellas que lo suceden.

Ganar seis títulos sin un hombre grande dominante, con un solo eterno All-Star a su lado (Scottie Pippen) y con insulsos compañeros como Stacey King, Bill Wennington, Will Perdue, Jud Buechler, Randy Brown, Steve Kerr, John Paxson, B.J. Armstrong, Scott Burrell, Luc Longley, Jason Caffey y Scott Williams jugando en roles claves, un título no es simplemente un título.

De modo que ya no es suficiente para un jugador verdaderamente bueno ganar un título, tiene que ganar múltiples. Y después, si alguien gana múltiples títulos, analizamos quién los ganó y qué tan buenos eran sus compañeros de equipo.

Esa es la razón por la que los demás parecen haberse olvidado de que Kobe ya ha ganado tres campeonatos. Siempre quitamos importancia a los tres anillos de Kobe afirmando, "Pero estaba con Shaq". Sí, ¿Y qué? Es como si Kobe tuviese que ganar un campeonato sin Shaq para convalidarse.

Le puede agradecer a Jordan por lo anterior. Y si los Cavs no logran desafiar a la historia al recuperarse de un déficit 3-1 en las finales del Este versus Orlando, LeBron será criticado por no haber sido lo suficientemente Jordanesco.

No importa que haya sumado más puntos en los primeros cuatro juegos de la serie de finales de la conferencia que cualquier otro jugador (incluso Jordan); LeBron está promediando 42 puntos, siete rebotes y siete asistencias sobre un 50 por ciento de lanzamientos. O que no ha contado con un compañero que sume 20 puntos o más en esta serie, una dura realidad que no ocurre en una final de conferencia desde que los Bulls de MJ perdieron ante Detroit en 1989. O que solamente tiene a un otro titular que está convirtiendo al menos un 44 por ciento de sus lanzamientos. O que los Cavs son el único equipo que sigue en carrera y que no cuenta al menos con dos estrellas legítimas. O que no tiene nada cercano a un Pippen o un Dennis Rodman.

Pero así es la vida después de Mike. Las leyendas que adoramos y admiramos de los días anteriores a Mike no eran comparados con parámetros tan altos.

Primero, antes que Mike, los jugadores del perímetro no eran considerados dependiendo de los campeonatos que habían ganado, porque no importaba lo bueno que eran, necesitaban a un hombre grande para poder ganar.

Oscar Robertson, de quien alabamos su jugada triple-doble (de manera justa), sólo ganó un título, y eso fue cuando tenía 32 años. Ya contaba con 11 años de experiencia y jugaba al lado de un joven Kareem Abdul-Jabbar. Aún así, Robertson, quien promedió 19 puntos y 8 asistencias siendo un campeón en vez de los 30-12-11 por lo que lo elogiamos, sigue siendo considerado quizá el mejor escolta de todos los tiempos que no se llama Jordan.

El Logo, Jerry West, jugó diez temporadas con un Elgin Baylor en buen estado físico y cuatro con un Wilt Chamberlain Baylor en buen estado físico y sólo se quedó con un anillo. Perdió siete veces en las finales de la NBA antes de ganar su único campeonato. De todas maneras, sigue siendo "Mr. Clutch".

Dudé antes de escribir esta línea porque parece un sacrilegio, pero es la verdad: Si West hubiese evaluado con los mismos parámetros que se los considera a Kobe y LeBron, su status no sería el mismo.

Larry Bird ganó tres anillos, pero ninguno sin sus compañeros Top 50 de todos los tiempos, Kevin McHale y Robert Parish. Sin mencionar los números de otros sólidos Celtics con los que jugó durante años, incluyendo los miembros del Salón de la Fama, Bill Walton y Tiny Archibald

Y aunque los cinco anillos de Magic Johnson fueron conseguidos al lado de Kareem, nunca escuché que lo cuestionaran porque nunca ganó un título sin el líder en anotaciones de todos los tiempos. Por supuesto, Magic también tuvo a su lado hombres como James Worthy, Byron Scott, Jamaal Wilkes, Norm Nixon y Michael Cooper.

Ves, así de bueno era Jordan. Antes de él, la sabiduría popular era que no podías liderar la liga en cuanto a anotaciones y ser la cabeza de una dinastía si no tenías un hombre grande dominante a tu lado.

¿Alguna vez podrán Kobe y LeBron alcanzar el status de MJ? Eso está por verse. Pero si no lo hacen, seguirán estando en una buena posición.