O es una reflexión del progreso a su mando o simplemente un reflejo de qué tan mal realmente está la economía, pero después de 25 años como comisionado de la NBA, los temas de raza ya no son uno de los retos más importantes para David Stern.
Varias veces dijo que su mayor logro como comisionado fue observar como una liga que era percibida como 'demasiado negra' florecer, de valores de franquicia en alza a lucrativos contratos televisivos a numerosas oportunidades para los jugadores. El problema racial nunca desapareció por completo, pero ya no es un tema primordial.
La NBA rutinariamente saca un 10 en los boletines de Richard Lapchick por su diversidad racial en la liga y en sus oficinas. Hay un dueño afro-americano. No puedo decir con precisión cuantos entrenadores afro-americanos hay en la liga en este momento. Me gusta que así sea. La NFL ahora se está poniendo al día. El fútbol universitario está bastante detrás. La NBA salió adelante.
Mientras Stern tiende a sacar el tema de la raza sólo con temas candentes, por momentos supo tocar el delicado tema para obtener lo que quería. En 1998-99, correctamente presintió que el sentimiento público y la presión económica no favorecerían a los jugadores ricos, sino a los dueños. Ganó la batalla. Gana la mayoría de las batallas.
Como hombre blanco cuyas decisiones acerca de los jugadores afectan a la mayoría de los afro-americanos, su posición es difícil con una peligrosa situación de relaciones públicas. Tras un cuarto siglo, ha sabido ganarse su debido respeto.
La NBA fue el deporte elegido por el set del hip-hop desde sus comienzos. Hemos visto a los jugadores de la NBA rapear desde los comerciales de Converse en 1987. Pero no sólo se pueden elegir las mejores partes. Junto con ritmos y energía, el hip hop también implicaba tatuajes y marihuana. Y con todo eso en juego, el trabajo de Stern era lograr que la América Corporativa compre trajes de vestir y patrocinios. No fue fácil, y nunca más extraño que cuando la liga presentó cantantes blancos muertos en una publicidad llamada 'Love it Live'. El código de vestimenta era parte de la misión, encendió una mini guerra cultural, y de todas maneras salió airosa y ganando.
Miren al panorama hoy en día. Jay-Z detesta usar jerseys, a Diddy le gusta vestirse como James Bond. La NBA estuvo allí primero.
La gran historia de la temporada pasada, el escándalo de Tim Donaghy, no tuvo un ángulo racial. El tema para esta temporada, mantener a la liga en alza en medio de la depresión económica, es algo que afecta a todos. Esto no es una buena noticia, pero marca el progreso de que las preocupaciones son problemas tangibles, y no se basan en percepciones basadas en el color de la piel.
El único hito racial restante se dará una vez que Stern se retire: el primer comisionado afro-americano de la liga.