SANTO DOMINGO. El común denominador entre Manu Ginóbili (Spurs), Lamar Odom (Lakers), Jason Terry (Dallas), Andrei Kirilenko (Utah) y Charlie Villanueva (Bucks) no es sólo que jueguen en la NBA: es que salen de la banca y acumulan números superiores a compañeros que son titulares.
¿Por qué Villanueva todavía sale del banco? Su producción es superior a la mayoría de sus compañeros en MilwaukeePero este fenómeno no es fortuito. A principio de los 90's, el alemán Detlef Schrempf se consolidó como el arma secreta de los Pacers de Indiana y luego ayudó a los Sonics de Seattle a la final de 1996 contra los Bulls de Michael Jordan.
Los premios al Mejor Sexto Hombre ganados por Ben Gordon (Chicago, 2004-2005) y Ginóbili (San Antonio, 2007-2008), han dado lugar a una nueva tendencia que aplican varios dirigentes de la afamada liga: guardar a uno de sus mejores hombres para que entre a juego con la segunda escuadra y les dé mayor potencia tanto a la ofensiva como a la defensiva del equipo desde esa inusual posición.
De ahí se explica que el dominicano Villanueva sea el tercer mejor anotador de los Bucks de Milwaukee (12.7) y segundo en rebotes (6.3) a pesar de ser el octavo jugador en tiempo en cancha (22.2 minutos).
Y fue Scott Skiles quien impuso esa estrategia, que ya hoy en día es común y que ha convencido a estrategas tan veteranos como Phil Jackson, Jerry Sloan y Greg Popovich.
Fue Skiles quien hizo la prueba con Gordon cuando dirigía a los Bulls y ese año el defensa británico de origen jamaiquino se convirtió en el primer novato en ganar el premio al mejor reserva. Skiles fue despedido de los Bulls la campaña anterior y en la temporada muerta fue fichado por los Bucks.
El ex armador ha visto en Villanueva el individuo ideal para jugar el rol de sustituto y el egresado de la Universidad de Connecticut ha respondido.
Antes de la jornada de anoche, Milwaukee ocupaba el clasificatorio octavo puesto de la Conferencia del Este con foja de 17-19 a pesar que su principal anotador, Michael Redd, apenas había jugado 22 de los 36 encuentros. De ahí la renuencia de Skiles a la hora de plantearle un cambio de Villanueva.