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viernes, 16 de julio de 2010

BOSTON SE FORTALECE A NIVEL TÉCNICO

Rondo ha sido el guía dentro de la cancha para Boston,
pero sin Rivers, la máquina no funcionaría
Carlos Morales, ESPNDEPORTES.COM.- Con la adquisición de agentes libres estelares por parte de equipos de la NBA que tratan de ser contendores al campeonato, incluyendo uno que se está armando hasta los dientes dentro de su misma Conferencia, los Boston Celtics no podían quedarse de brazos cruzados y tenían que hacer todo lo que estuviera a su alcance para reforzar su plantilla y mantenerse como genuinos aspirantes al título.

No es que Boston haya estado particularmente activo en el fichaje de jugadores. De hecho, los Celtics no han firmado hasta la fecha a ningún agente libre de envergadura (Jermaine O'Neal ya no lo es), han perdido a uno de sus mejores jugadores defensivos en Tony Allen (recientemente firmado por los Memphis Grizzlies) y se puede argumentar que su éxito más grande entre temporadas haya sido el de lograr recontratar a los veteranos Paul Pierce (por cuatro temporadas más) y Ray Allen (dos años con el segundo a opción del jugador).

Donde los Celtics han tratado de mantenerse relevantes es en un área de gran importancia dentro del engranaje de cualquier equipo, pero que usualmente no recibe el mismo reconocimiento de parte de los analistas que pudiera recibir la adquisición de jugadores estelares; me refiero a la dirección técnica.

Boston, equipo que ha contado con uno de los mejores cuerpos técnicos de la NBA en los últimos años, vio como el banquillo se le debilitaba inmediatamente terminada la Final de liga contra los Lakers; pues su director técnico asociado y genio de la defensiva, Tom Thibodeau, los abandonaba para aceptar ser entrenador principal en uno de los equipos jóvenes y talentosos de la Conferencia del Este, los Chicago Bulls.

La salida de Thibodeau solamente de por sí era un golpe duro para los Celtics, quienes se habían apoyado en los esquemas del especialista defensivo para formar una filosofía de juego que los llevaría a dos finales de liga y un campeonato en tres años.

Pero peor era la incertidumbre que se había creado porque el entrenador en jefe, Doc Rivers, coqueteaba con la idea de un retiro prematuro para pasar más tiempo con su familia en un año trascendental para tres de sus cuatro hijos deportistas. El mayor, Jeremiah, estaría jugando su último año de básquet universitario en la Universidad de Indiana. La hija, Callie, también pasaba a jugar su temporada "senior" en la Universidad de Florida, pero en el deporte del vóleibol y el tercero, Austin, uno de los mejores jugadores de baloncesto de la nación a nivel de escuelas secundarias, también jugaría su última temporada en la preparatoria de Winter Park, a las afueras de Orlando.

Si en algún momento Danny Ainge, gerente general de los Celtics, tenía que hacer uso de todo su ingenio para asegurarse de no perder a un empleado de lujo era en este; porque la motivación para Rivers de tomar al menos una sabática para disfrutar de un año tan importante en la vida de sus retoños era inmensa.

Ainge consiguió su objetivo y logró convencer al técnico para que continúe en su puesto al menos una temporada más; lo que le asegura que su equipo seguirá siendo guiado por uno de los entrenadores más respetados de toda la liga y el que ha sido capaz de manejar las personalidades fuertes y egos de sus jugadores para convertirlos en una franquicia sumamente exitosa. Pero todavía quedaba la asignación pendiente de sustituir a una figura tan importante como Thibodeau.

Pensando en el valor técnico-táctico del entrenador que se marchaba, el sustituto no podía ser cualquiera. Además, teniendo en cuenta que el puesto sería uno de confianza del entrenador principal, lo sensato era delegar en Rivers para que el seleccionara al candidato. La selección de Doc parece ser muy acertada, pues el elegido ha resultado ser un joven técnico con experiencia tanto de asistente como de entrenador en jefe; Lawrence Frank.

Frank es reconocido como una de las mentes jóvenes mas prodigiosas de la NBA y como un trabajador incansable, por lo que en la franquicia de Boston deben sentirse muy afortunados por lograr su contratación para que sea el segundo de Rivers por esta temporada (Lawrence firmó por un solo año debido a que eso es lo que le resta al contrato del que será su jefe inmediato).

A pesar de que pasó parte de 7 temporadas como director técnico de los New Jersey Nets, el trabajo de asistente no le es extraño. Frank comenzó su carrera como ayudante de Bobby Knight en la Universidad de Indiana y luego fue asistente en la Universidad de Tennessee y con los Vancouver Grizzlies y los propios Nets en la NBA.

Fue nombrado entrenador principal de los Nets en enero del 2004, sustituyendo a Byron Scott, quien fue despedido. Esa temporada tuvo registro de 25 15 y llevó a los Nets a la semifinal de la Conferencia del Este, la primera de cuatro participaciones consecutivas en postemporada bajo su mandato. Un par de temporadas consecutivas con registros idénticos de 34 y 48 y una arrancada en el 2009-2010 en que el equipo perdió sus primeros 16 partidos (en años en que la franquicia estaba en plena reconstrucción) terminaron con su despido; pero eso no hizo que en los corrillos de la NBA su figura fuera vista con menos respeto.

"Lawrence Frank es un buen entrenador defensivo", dijo Rivers hace unos días. "Pero es también un hombre que conoce de todo el deporte. Yo quiero conseguir a un tipo así para trabajar conmigo, alguien que pueda hacer un poco de todo."

Al parecer Doc encontró al hombre que buscaba y sólo por eso, el equipo de Boston deberá seguir siendo uno de los mejores de la liga... aunque no haya añadido grandes jugadores a su plantilla.